La
sexualidad como un aspecto tan significativo, único y personal para cada
persona. Fuera de estereotipos, de desigualdades y tópicos.
Romper
con este coitocentrismo que la rodea y entenderla como algo que nos da vida,
salud y cómo no: placer, el placer por el que todo ser vivo se rige y que a la
misma vez nos alimenta cada día.
Sexualidad
entendida como la vida misma y representada con acciones tan simples pero a la
misma vez tan olvidadas como una mirada, una caricia, un cosquilleo, una
sonrisa.
Una
seducción constante por la que nos guiamos en cualquier momento y nos determina
muchas conductas... Como pedir un préstamo, intentar obtener un trabajo, al ir
de compras, al hablar con amig@s, al filtrear con alguien...seducir y amar en
la acepción más amplia y veraz.
Porque
profundizando en la sexualidad, también profundizaremos en la cultura que nos
rodea, la educación que nos moldea y la sociedad que nos envuelve. Hacerse
cuestionar la normalidad, dar sentido a cada sentimiento que nos ronda y
llevarlo hasta la demostración más bonita y a la vez más antigua y natural de
afecto y amor. Demostrar que no somos tan diferentes pero que a la misma vez
somos únic@s y especiales en nuestro interior.